Washington, un escaparate político

Julio 2018

La estación central de Washington me recordó, pese a no ser tan espectacular, a la de Nueva York. Enorme y con mil entradas, con una explanada central luminosa en forma de capitolio. Al salir, un calor abrumador en comparación al congelador que suponía el bus. Esto ya es una recomendación casi global: allá donde vayas, lleva siempre algo de abrigo para los trayectos en bus.

Washington es una ciudad muy extraña. Es muy nueva, en plena construcción y muy solitaria. Quizás este último adjetivo está basado en que la visité en verano y, más allá de los monumentos y museos históricos, da una sensación de desolación. Los funcionarios deberían estar de vacaciones.

La sensación era de estar en una especie de ciudad fantasma, creada artificialmente. Básicamente, Washington se basa en el National Mall, un parque que se expande desde el capitolio (Parlamento de USA) hasta el Monumento de Washington, en el cual hay más parques, monumentos y mausoleos alrededor. Al lado también está la Casa Blanca, que apenas se puede ver de a pie, debido a las vallas y la vegetación que la rodean.

A unos kilómetros más allá el cementerio militar nacional de Arlington, en el que están enterradas importantes personalidades de la historia política y militar de Estados Unidos, John F. Kennedy entre ellos.  Washington D.C es, además de la capital administrativa de Estados Unidos, un escaparate político de su historia.

Mapa del centro de Washingtonvía DC DUCKS

Dentro de Washington hay también muchos memoriales de guerra, como el de la Primera Guerra Mundial; el de Lincoln, con una espectacular estatua del susodicho en su interior; el de los veteranos de la guerra en Corea; y el de Vietnam, entre otros. Todos ellos con sus respectivas consignas y estatuas. A la izquierda del todo está el cementerio y a la derecha el capitolio. 

Washington D.C, también llamado Distrito de Columbia, es como si hablase por si solo. Dentro de la jerga de relaciones internacionales, cuando se habla de Washington, al igual que cuando se habla de Moscú, se le da una importancia política especial a la capital, o más bien es un recurso periodístico en referencia al gobierno del país. Así pues, hablar de Washington es hablar del gobierno de Estados Unidos.

Pero es que es literal, ya que en Washington D.C están las grandes instituciones políticas de Estados Unidos. De hecho, fue especialmente diseñada en el siglo XVIII para ser la capital del país, escogida directamente por George Washington.

Las instituciones políticas son llamativas, pero el complejo museístico gestionado por el Instituto Smithsoniano también impresiona. A lo largo del Mall, a los lados hay diferentes y reconocidos museos como el Museo Nacional del Arte y del Espacio y el Museo Nacional de Historia, muchos de ellos con entrada gratuita. 

Washington D.C es un escaparate político. Y nunca mejor dicho, la política en USA es como un escaparate, un show constante. A la vez puedes ver a un negro fotografiándose con una camiseta anti Donald Trump que a un RedNeck orgulloso paseando con su cocacola XXL.

Más allá del National Mall, en Washington D.C parece que hay poco que hacer. En el centro de la ciudad solamente había grandes multinacionales de alimentación y ropa; cientos de Starbucks y McDonalds. Existe también un barrio chino curioso, donde comimos. Cada ciudad americana tiene un barrio chino con su respectiva y llamativa puerta de entrada que da acceso a los restaurantes de comida china.

Por último, quería hablar del aspecto más decepcionante de Washington D.C. Antes de llegar al hotel, pasamos por manzanas con edificios en construcción. La desolación reinaba en esa atmósfera, en la que había un cierto ambiente de degradación. Muchos yonkis, la mayoría negros, que constituyen alrededor del 50% de la ciudad. Durmiendo en la calle. Había carteles de Drug Free, school zone. ¿Cómo podía ser que en la capital gubernamental estuviese ocurriendo esto? Y es que Washington D.C ha sido históricamente una de las ciudades más peligrosas de Estados Unidos, hoy en día asediada por una epidemia de drogas. 

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