Siddharta (1922) de Herman Hesse

Mayo 2020

Siddharta (1922) es posiblemente el libro más conocido del literato alemán Herman Hesse. Inspirado en sus viajes por la India y el hinduismo, el escritor construye un cuento alegórico basado en la vida de Siddharta, un joven e inteligente hindú hijo de un Brahman (sacerdote) que va en busca de su propio su “camino”, con la intención de llegar al “nirvana”. Después de haber pasado una temporada viviendo como un asceta (meditando, ayunando y pensando), aparece un nuevo líder llamado Gotama (Buda), un ser misericordioso e iluminado que pretende crear una nueva doctrina. Mientras que su querido amigo Govinda decide unirse al camino del Gotama, Siddharta, tras conocer al Buda, decide seguir buscando, y afirma que “ninguna doctrina me tentará, ya que la doctrina de este hombre no me ha tentado”.

Editorial Bruguera

Seguidamente, un contemplativo pero inexperto Siddharta llega a la ciudad, donde se enamora de una joven aristócrata. Para conquistarla, se ve obligado a convertirse en comerciante y adoptar patrones de la vida burguesa. Al principio, su pasado contemplativo le ayuda a ser un espectador de la sociedad, un observante, y al no conocer ningún oficio se ve obligado a aprenderlo. “Y usted que sabe hacer”, le preguntan. “Meditar, pensar y ayunar”, responde. Los primeros años los pasa feliz, aprendiendo del amor y de los negocios, y dando consejos a los urbanitas. Pero con el paso del tiempo, comienza a experimentar conductas más gregarias como la envidia, el placer o la abundancia.

Cansado de su vida acomodada, Siddharta entra en crisis y decide volver a sus orígenes, y parece encontrar su camino trabajando de barquero, transportando a viajeros junto a su sencillo pero “experto en el arte de escuchar” compañero Vasudeva, con el que vive en una choza y se alimentan de plátanos. A partir de allí, después de toda una vida repleta de experiencias -que lo ha convertido en un sabio-, una serie de hechos le hacen, de nuevo, replantearse su existencia; Siddharta acaba concluyendo de que el mundo es perfecto, que la naturaleza (el río) es sabia y que lo único importante es el amor.

Siddharta es una novela que puede leerse en un día; su lectura, casi poética y con mucho diálogo reflexivo, es adictiva. Las enseñanzas y las interpretaciones son variadas, pero la idea principal, como buen manifiesto hippie que representa, es la de buscar tu propio camino sin importar lo demás, y que siempre que busques, acabarás encontrando. Su historia es la de un joven religioso con intereses transcendentales que ve que su esfuerzo asceta queda mermado por la materialista vida de ciudad. Un rechazo, sin lugar a dudas, de la vida burguesa. Pero también es el relato de una evolución, casi natural, del ser humano, de reencontrarse con sus orígenes y con su “yo”, y de aceptar que la vida está llena de etapas diferentes; en unas preferirás meditar en lo alto de una montaña, en otras querrás probar las frutas del amor prohibido; en unas desearás el libertinaje, en otras amarás a tu hijo más que a nada en este mundo.

La recomendaría encarecidamente a aquellos jóvenes que están interesados en la “espiritualidad”, pero es apta para todos los públicos y (casi) para todas las edades. Junto a On the road the Jack Kerouac, este libro es perfecto para dar inicio a una “revolución personal” o, como dice esa frase naïf y aparentemente vacía “encontrarse a sí mismo”; para viajar en busca del nada y del todo. Estudiar ideas que vayan más allá del actual cristianismo secularizado puede ser muy útil, pese a que esto no sea un manual para budistas e hinduistas. Es una simple y bonita alegoría con una gran enseñanza.