El alquimista (1988) de Paulo Coelho

Julio 2020

El alquimista (1988) es una corta novela metafórica de Paulo Coelho, que decidí leer frente a las grandes críticas que suscita el autor brasileño por su mensaje “Mr. Wonderful” y sus libros de autoayuda; realmente sentía curiosidad. La historia va del joven pastor de ovejas andaluz Santiago y su búsqueda de las Pirámides de Egipto a través de un largo viaje por el desierto del Sáhara. En su apasionante periplo, Santiago va conociendo a diversos personajes que le van dando pistas y consejos, algunos le roban y otros le ayudan, pero siempre son parte de ese “viaje interior” que le ayuda a “descubrirse a sí mismo” y así entender la “perfección del planeta tierra”. Es una pequeña guía de filosofía viajera, un libro de esos para “despertar”.

La frase “cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo” se convierte en el hilo de conductor de este cuento corto lleno de alegorías y referencias bíblicas y coránicas. En esencia, la lección que nos quiere dar “El alquimista” es la de seguir adelante pase lo que pase, preocuparse por lo justo y necesario, creer en las fuerzas del destino, enriquecer el espíritu; y que al final, lo que importa es el camino (el viaje) y no el tesoro (el destino, el Maktub). Coelho introduce los conceptos en mayúscula “Leyenda Personal”, “Suerte del Principiante” y “Alma del Mundo”, entre otros, como guías espirituales.

En general, creo que es un libro decente para pasar un buen rato, aunque a veces resulta empalagoso y repetitivo, especialmente al final; todo esto hace que parezca –o sea– filosofía mundana. Quizá hay demasiadas frases motivacionales a modo de sentencia, cuando el mundo puede ser crudo y no depende únicamente de la voluntad. De todas maneras, creo que pese a su componente naif es un libro para todas las edades, aunque entiendo que a los que no les interese la “espiritualidad” les pueda parecer un cuento vendehúmos.

Aun así, estoy contento de que me haya gustado y lo trataré como un libro más, habiendo vencido parcialmente a los prejuicios contra este bestseller, aunque sigo sin un gran interés en este autor. Uno debería de leer de todo para conocer; evidentemente “El Alquimista” no es una gran obra de la literatura y podría enmarcarse antes en el género “autoayuda”. Me ha parecido también un libro con una gran similitud a Siddhartha de Herman Hesse, con el que comparte la idea de que la vida es un viaje y que cada uno tiene que “buscar su propio camino”.