Octubre 2018
Cuando uno viaja o se mueve a otro país tiene que saber que su organismo sufrirá importantes cambios. El agua, principal transmisor de enfermedades en el mundo, es diferente en cada lugar.
La comida también es diferente, por lo que allá donde vayas sufrirás algún tipo de consecuencia, sea consciente o inconsciente. Pese a esto, el estado mental también es muy importante. Si te encuentras fuerte mentalmente seguramente resistirás más estas consecuencias.
Es conocida la “enfermedad del viajero”, resultado del primer contacto con comidas o líquidos de otros países, normalmente en los cuales la calidad higiénica es menor. O también conozco gente que tras viajar, al volver a casa de nuevo, cae enfermo. Seguramente habrá algún tipo de explicación médica al respecto.
Durante mi estancia en Escocia durante un año apenas tuve ningún efecto secundario a nivel de salud. Debido al frío, tenía la piel un poco más reseca, pero nada más. Sin embargo, lo que me sorprendió fue eso. Es decir, una capacidad de aguante casi absoluta a todo tipo de enfermedades. Puedo afirmar con rotundidad que en todo ese tiempo tuve febrícula una vez y no pillé ningún constipado.
¿Se debía a mi estado mental de supervivencia en un contexto diferente y relativamente hostil marcado por la lluvia, el frío y el viento? No lo sé. Pero aguanté sano y salvo. Dicen las leyendas que el frío lo mata todo y basados en este ejemplo puede ser cierto. En este sentido, Escocia es aparentemente saludable para nuestro cuerpo.
Moverme a Barcelona de nuevo me ha supuesto, como es lógicamente, tener que adaptarme de nuevo. A una sociedad, sí. Pero también a un clima. Ya no voy abrigado. Mis conversaciones sobre el tiempo han aumentado, ya que a Escocia lo marca la discontinuidad atmosférica: nunca sabes qué tiempo te va a hacer. Así, hablar del clima cobra menos importancia y quejarse del frío se convierte en un quehacer español.
El volver aquí me ha dado alergia. No sé si mental o física. Mi estado mental sigue estando fuerte, pero lidiar con el cambio de sociedad es una cosa jodida. Lo mismo pasa con los malditos ácaros y con la maldita contaminación de esta ciudad que no te deja respirar. Un alérgico de toda la vida como yo que fue reconvertido a un ciborg en Escocia está siendo reprogramado de nuevo. Atentos, las alergias son cada vez más comunes, solamente hace falta mirar a nuestro alrededor.