Demain y el mundo que viene

Octubre 2016

El Cinema Texas es de los mejores de Barcelona. Situado en calle Bailén 2015 (cercano a la parada de Verdaguer) y con un coste medio de tres euros. Ofrecen cine independiente, desde documentales hasta películas no tan mediáticas, todas ellas en versión original con traducción al catalán. Una opción más que recomendable para aquellos que no quieran pagar 9 euros en Cinesa.

Fui a ver “Demain” -en castellano “Mañana” y en catalán “Demà”-, una producción francesa que habla de las catástrofes que provocará -y está provocando- el cambio climático.

Un grupo de jóvenes comunicólogos se disponen a recorrer el mundo buscando alternativas a las formas actuales de producción de bienes y servicios, desde la agroecología y los huertos urbanos hasta otro ejemplos como la educación finlandesa. La premisa del documental es la consigna del ecologismo por excelencia: actúa local, piensa global.

Se trata de un manifiesto por la descentralización del poder, que actualmente se encuentra en manos de la oligarquía mundial: los gobiernos, las empresas transnacionales y las instituciones internacionales.

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¿Un nuevo mundo en marcha?

En Detroit, tras el derrumbe económico, se crearon unos huertos urbanos enormes gestionados por los propios vecinos.  

Miles de iniciativas, en aspectos como la autosuficiencia energética y la creación de nuevas formas de participación política, son muchas de las alternativas que se pueden crear al margen del orden existente.

Hay una contradicción en las formas de operar que tienen las grandes corporaciones (verticales, desiguales y con grandes flujos económicos) y las organizaciones de carácter local, mucho más democráticas e igualitarias.

Aunque ambas pueden convivir en nuestras modernas sociedades capitalistas. Es decir, como ciudadano puedo comprarme un queso artesano de La Garrotxa en el mercado de mi barrio y ayudar al comercio local, pero luego compraré unas bambas Nike y estaré, de alguna manera, legitimando el orden existente.

No es del todo así. Es evidente que tendremos contradicciones si nos enfrentamos dialécticamente al sistema de valores existente. Por mucho que tengas unos ideales tendrás que adaptarte a los lugar dónde vives y, desde tu perspectiva, intentar cambiarlo.

Irse a la cueva con el taparrabos no es una opción muy útil.

En ningún momento del documental se hace mención a puestas a la práctica que vayan más al margen del sistema y que también suponen alternativas, como son los Zapatistas de Chiapas.

En Occidente, librar una revolución como en Islandia o tener una educación como la finlandesa es mucho más fácil que hacerla en otros lugares del mundo, que no tienen ni un desarrollo ni unas infraestructuras ni una historia como ellos.

Si a China le hablas de desarrollo sostenible te dirá que Occidente ha contaminado el mundo desde la Revolución Industrial.

El documental quizá era demasiado políticamente correcto.

Zizek dice que es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo existente.

¿Realmente somos capaces de imaginar sociedades y sistemas diferentes a nivel global?

Eye in the sky y la política exterior

Noviembre 2016

Hace unos días fui con unos colegas a ver al Cinema Texas la película “Eye in the sky”, de Gavin Hood, con actores de renombre como Helen Mirren, Alan Rickman y Aaron Paul. La película es excelente.

La sinopsis, haciendo un copypaste de Filmaffinity es la siguiente:

La coronel Katherine Powell (Helen Mirren), una oficial de la inteligencia militar británica, lidera una operación secreta para capturar a un grupo de terroristas en Nairobi, Kenia. Cuando se da cuenta que los terroristas están en una misión suicida, ella debe cambiar sus planes de ‘capturar’ por ‘matar’. El piloto estadounidense de drones Steve Watts (Aaron Paul) recibe la orden de destruir el refugio donde se hallan los terroristas, pero una niña de nueve años ingresa en la zona donde podría ser herida.

Eye in the sky es un claro ejemplo de análisis en política exterior. Mediante unas teorías que se llaman Modelos de Rango medio, podemos intentar analizar cómo actúan los estados en el exterior de acuerdo a sus dinámicas internas.

Existen 4 modelos. En primer lugar tenemos el modelo del actor racional, que explica que los estados toman sus decisiones de acuerdo al principio de maximización de utilidad (coste-beneficio de cada acción). En segundo lugar, el de política burocrática, que interpreta a las decisiones debido a unas pautas de comportamiento organizacional (que ocurre -disputas, negociaciones y alianzas- en el interior de las administraciones). En tercer lugar, tenemos el modelo individual, centrado en la psicología de los individuos que toman las decisiones (los líderes) Por último, el modelo societal, que pone énfasis en los factores socioculturales e históricos (hábitos de pensamiento, actuación y tradición de los estados)

Eye in the sky puede ser perfectamente analizada mediante estos estándares.

El modelo del actor racional nos muestra el dilema de si el gobierno británico debe tirar un misil con su dron a una casa dónde están algunos de los terroristas más buscados de África, en el que habrá daños colaterales como una niña pequeña que se pone a vender pan justo en frente de la casa, rompiendo los esquemas de los decisores.

En esos momentos, se plantean varios debates bajo una lógica coste-beneficio.

  1. Oportunidad única de matar a esos terroristas los cuales llevan buscando más de 6 años.
  2. Cálculos de daños colaterales. Constantemente van calculando lo que supondría el impacto del misil.
  3. Poder mediático VS legitimidad política. Matar a una niña como “daño colateral”. En el caso que se filtrase a los medios de comunicación supondría un gran impacto en la opinión pública.
  4. Matar a unos terroristas que se están armando en la casa para un futuro atentado y a una niña o no matar a nadie (lo que supondría dejar escapar a esos potenciales terroristas).

Respecto al modelo burocrático vemos el entramado organizativo de la decisión, en la que participan varios niveles de la administración.

  1. La mesa de altos funcionarios, el ministro de defensa (Jeremy Northam) y el jefe del ejército (Alan Rickman), que mandan sobre la jefa de inteligencia.
  2. La jefa de inteligencia (Helen Mirren) y su escuadra, que mandan sobre los pilotos.
  3. Los pilotos a control remoto del dron (Aaron Paul y Phoebe Fox), que son los ejecutores de la acción.

Todos estos niveles están interrelacionados y se comunican mediante voz y mensajes. Se muestran las disputas y las negociaciones entre los diferentes niveles, que evolucionan hacia situaciones más tensas. Desde el nivel más alto, un grupo formado por cinco altos funcionarios negocian constantemente sobre la decisión e incluso tienen que hacer llamadas a otros altos funcionarios del gobierno, planteando incluso la consulta al presidente. Mientras tanto, el nivel dos ejerce de interlocutor entre el uno y el tres.

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¿Tirar o no el misil?

También podemos observar las posturas en la administración. Los altos militares, como el jefe del ejército y la comandante, tienen una visión más racional y son partidarios del ataque independientemente de la niña.

Los otros altos funcionarios se muestran más “humanitarios” y alertan de la posible violación del derecho internacional y del impacto mediático.

Los ejecutores son los que viven en carne viva la situación ya que son los encargados de lanzar el misil. Las tensiones entre los diferentes niveles condicionan sumamente la decisión.

En tercer lugar, el modelo individual resulta clave para el análisis de la psicología y la biografía histórica de cada uno de los decisores. Veamos la descripción psicológica:

Nivel uno: altos funcionarios

  1. Ministro: poca idea de la cuestión, muchas dudas, necesita consejos y le falta convicción. No se ve preparado, muestra debilidad.
  2. Jefe del ejército: impasible, duro, racional, con experiencia.
  3. Alta funcionaria: muestra humanidad, conocimiento del derecho internacional, intenta evitar la decisión.

Nivel dos: jefa de inteligencia

  1. Helen Mirren: parecido al jefe del ejército, contundente, racional.

Nivel tres: pilotos

  1. Piloto 1: debilidad, humanidad, manipulado, parecido a su papel en Breaking Bad. Está en el ejército para pagarse la universidad.
  2. Piloto 2: debilidad, no tan expresiva, poco tiempo en el ejército.

La mente humana es también imprescindible para las decisiones en política exterior. Observamos que los altos militares se muestran impasibles, haciendo de erizos (simplifican la realidad y se centran en su concepción del mundo) y otros personajes muestran más humanidad o dudas.

Por último tendríamos el modelo societal, que vendría a explicar cómo las prácticas históricas han acabado determinando en la decisión. Para ello tendríamos que ver las decisiones que ha tomado el estado británico a lo largo de la historia.

La niña acaba muriendo en el hospital y volvemos a la misma historia: tenemos poderosas herramientas para explicar y cambiar la realidad pero siempre acaban muriendo los mismos, los pobres.

José Mota nos muestra que China ya está aquí

Enero 2018

Desde que soy pequeño, o bien desde que tengo uso de razón, siempre he seguido a José Mota. Recuerdo esos  viernes noche dedicados a ver con mi madre y mi hermana Cruz y Raya, disfrutando de Blasa y el Morito Juan, así como tantos otros personajes creados y parodiados por el dúo de José Mota y Juan Muñoz.

A esa edad temprana, la mayoría de cosas seguramente no las entendía, pero la inocencia y la risa del niño que había en mí me hacían disfrutar. 

Cruz y Raya, tras veinte años de emisión, se separó. Por lo que los humoristas decidieron emprender sus caminos en solitario.

Unos años más tarde, José Mota volvió con La hora de José Mota, con nuevas ideas y divertidos personajes, como el Cansino Histórico y el Tío La Vara. Y cual fan, seguí viéndolo, esta vez con un mayor entendimiento. De vez en cuando me pongo algún sketch antiguo, para reírme y evocar gratos recuerdos.

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Juan Muñoz y José Mota. El dúo histórico de Cruz y Raya.

Además de esto, José Mota también dirige el especial de nochevieja, en la que en el reciente fin de año se emitió Bienvenido Mister Wan-Da, una divertida película basada en que la trama política formada por los cuatros grandes (Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera) y el Rey Felipe VI intentan convencer a Wan-Da (un empresario chino) para que invierta dos billones de euros en España. 

El plan que tienen es contratar a José Mota para que realice un documental para convencer definitivamente a los chinos de la inversión.

El humorista es viral en China debido a un vídeo relacionado con una farola, con la que se choca repetidamente.

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Wan-Da, nuevo rey de España.

El argumento es sumamente interesante. 

Está centrado en China, el principal socio comercial del mundo y el rival geopolítico de Estados Unidos en el sudeste asiático. 

Los chinos, desde la mitología popular española, son vistos como seres extremadamente trabajadores y con una capacidad de generar dinero impresionante, penetrando en todas las esferas de la sociedad y en todas las regiones del mundo. 

Están en los mercados, son silenciosos. Hacen sus estudios, desembolsan el maletín y se ponen a invertir. Los chinos están produciendo infraestructuras a lo largo del mundo. Desde las macro ciudades industriales en China, pasando por África (en la que son los mayores inversores), hasta la construcción de uno de los proyectos más ambiciosos de su política exterior: la Nueva Ruta de la Seda.

José Mota pone en evidencia el desconocimiento acerca de la sociedad y el quehacer chino que hay en España y, en general, en todo Occidente. Es por ello que el Rey propone a los líderes políticos estudiar en profundidad sus costumbres, para lograr unas mejores relaciones con el país.

En Occidente lo chino está creciendo, desde la gente interesada en su lengua hasta los institutos de estudios que analizan su política exterior. Esto refleja un interés, cada vez mayor, de lo chino, una anticipación de lo que viene. O más bien una adaptación de lo que hay, ya que lo chino hoy en día son oportunidades económicas para cualquiera.

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Reuniones secretas entre José Mota y el Felipe VI

A mi parecer hay un gran problema de perspectiva sobre aquello que llamamos Oriente, debido al eurocentrismo –u occidocentrismo- que impera en nuestras mentes. Tanto Oriente Medio como el Lejano Oriente (China y sudeste asiático) están completamente estereotipados e imaginados de manera arcaica. 

Y más allá de lo que conozcamos, estos miles de millones personas son muchos más que los Occidentales y cada vez solicitan con ansia sus ganas del trozo de pastel en el mundo.

Sin ir más lejos, en Asia viven 4.600 millones de personas, mientras que en Occidente viven aproximadamente 1.000. Quizás deberíamos seguir relativizando culturalmente y entender que existen otras culturas en el mundo que actúan y ven el mundo diferente a nosotros, y que sobre todo, que cada vez tienen más importancia, y nosotros, por tanto, cada vez menos. Es un hecho: el protagonismo de Europa en el mundo que se está conformando es cada vez más irrisorio.

Por ello, el Rey y sus secuaces intentan buscar como sea la inversión china. El dinero es lo que necesitan, el cual va acompañado de una serie de condiciones, materializadas en presiones y deudas eternas e impagables. 

Básicamente como lo que hace Alemania con las economías del sur de Europa: O hacéis lo que os digo o os dejo de prestar dinero.  Y prestar significa que a largo plazo me tendréis que pagar, cueste lo que cueste.

Dichas presiones se ven constantemente a lo largo del especial, poniendo el máximo ejemplo de la farola antes mencionada, que hace al hijo de Wan-Da -un infantiloide ricachón y caprichoso- reírse a carcajadas. Las farolas aparecen en todos los sketches de la película que está rodando José Mota, para convencer a los chinos de la inversión. 

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José Mota chocándose con la farola

Más allá de la temática china también hay múltiples escenas en las que se habla de los típicos problemas españoles, siempre remarcando el toque político y el espíritu progresista del humorista español. Sea el procés, sea el machismo imperante en los medios de comunicación, sean los rifirrafes entre Juan Carlos Monedero y Eduardo Inda o las dificultades de acuerdos entre los cuatro líderes de los principales partidos.

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Los cuatro grandes de la política española

La película acaba con la coronación pública de Wan-Da, aunque en realidad se trata del Rey Felipe VI con una máscara.

Es decir, los chinos invierten en España y, además, la coronación resulta ser falsa, en la que el complot de las altas esferas españolas vence a los chinos,  gracias a una jugada maestra. Con todo esto se muestra la dualidad de la política internacional entre amigos y enemigos, en la que al final priman los intereses nacionales. 

La película de José Mota nos muestra también el futuro devenir y la disputa –o cooperación, según se mire- con la todopoderosa China, cada vez más presente.  Y el humor, al fin y al cabo, nos puede servir para entender nuestra realidad y las relaciones internacionales.