Fuga sin fin (1924) es otra gran pieza del escritor Joseph Roth, en la que se explica la historia interminable del oficial austrohúngaro Franz Tunda. Tras ser capturado en la Primera Guerra Mundial y vivir escondido en Siberia junto a un amigo polaco, Franz decide involucrarse en la Revolución rusa gracias al amor que siente por una correligionaria. Se vuelve socialista, vive una temporada en Bakú y finalmente acaba desencantándose de la URSS, por lo que decide volver a Austria tras varios años.
Luego de volver a su país de origen, Franz observa que él ha cambiado profundamente, y va en busca de su pasado, que esencialmente consiste es buscar a su antigua prometida; Franz decide partir en su búsqueda, primero afincándose en casa de su hermano, un director de orquestra con el que tiene una extraña y fría relación. La estancia allí le hace desencantarse más aún de la vida burguesa y cultural que lleva su hermano. Y Franz sigue fugándose sin fin…
“Fuga sin fin” transmite, al igual que todas las obras de Roth, una sensación de nostalgia mezclada con las dificultades que supone ser un apátrida. La vida de Franz Tunda tiene algo místico, conmovedor y estremecedor por partes iguales. Franz no tenía grandes motivaciones, era ligero como el aire, se movía por libertad y necesidad. Según Roth, encargado de dar a luz estas memorias, Tunda era “un europeo, un individualista, un hombre moderno”, que “tenía más independencia de la que puede precisar una teoría que trata de adaptarse a la vida”. Para él, tras haber desaparecido y vivir mil y una historias, la fuga nunca cesaba, tanto geográfica como espiritual.
Dice Tunda: “En este mundo no es importante trabajar, pero es muy necesario ganar dinero. Un hombre sin ingresos es como un hombre sin nombre, o como una sombra sin cuerpo. Se tiene la sensación de ser un fantasma. Esto no se contradice con lo que he dicho antes. No tengo ningún remordimiento por mi inactividad, sino porque mi inactividad no rinde dinero, mientras que la de los otros está muy bien pagada. El dinero es la única justificación de la existencia”
Tras haber leído los principales libros de Hesse (a excepción del Juego de los Abalorios, su obra más filosófica), en los que incluyo Demian, Siddharta, Bajo las ruedas, El lobo estepario y El caminante, he de decir que Narciso y Goldmundo (1930) —uno de sus libros menos conocidos— es el que más me ha gustado y el que creo que ilustra mejor sus ideas. En momentos me recordaba a una síntesis de muchos de sus obras, aunque cómo el mismo dijo: “en este libro no se dice otra cosa que en El lobo estepario; solo cambia el ropaje”.
Al igual que en todas las obras de Hesse se trata el cómo afrontar la vida, y en el caso de Narciso y Goldmundo —una novela ambientada en la Edad Media, en aquel mundo de caballeros y doncellas— se hace través de una compleja amistad entre estos dos personajes. El primero es un joven aventajado, un erudito dedicado a la filosofía, sereno y con templanza, con el alma de “padre” y dispuesto a pasar toda su vida recluido en el convento y a predicar la palabra de dios. Goldmundo, sin embargo, es totalmente opuesto a él, ya que posee el espíritu del artista y las imágenes, la errancia, el alma de “madre”, la pasión y la muerte.
La amistad es recíproca, ambos se aman: Narciso ejerce de maestro espiritual de Goldmundo y Goldmundo enseña a Narciso la sensibilidad del mundo. Pero siempre mantienen una relación vertical, hasta que un día, tras una profunda conversación, Narciso pronostica el futuro de Goldmundo, diciéndole que debe alejarse del convento y recorrer mundo para encontrar su secreto, y así hacer una gran obra para la humanidad.
Lo primero que hace es seguir a una gitana y dormir en el bosque junto a ella. Tras este giro, la novela es principalmente la vida errante de Goldmundo, en la que no hay objetivo, solamente camino. El hidalgo Goldmundo hace prácticamente de todo, viviendo la vida al máximo. Aprende de maestros, goza de la vida sedentaria, conquista a mujeres cual Don Juan (quizá es el libro más sexista de Hesse), admira a la belleza del mundo; también pasa frío y hambre, ve la muerte pasar y al amor huir. Conforme pasa el tiempo, más razón le da a Narciso en su visión, hasta que un día, su antiguo maestro, que siempre le prometió una mano en los momentos difíciles, le salva la vida. En ese momento, la novela vuelve al principio: las personalidades se vuelven a encontrar tras muchos años, Goldmundo habiéndolo vivido todo y Narciso ejerciendo de abad en el convento.
Esta preciosa novela ofrece una dualidad aplicable a prácticamente cualquier amistad. Nos plantea los debates filosóficos entre el maestro y el aprendiz, entre el padre y la madre, entre la vida errante y la sedentaria, entre la vida y la muerte, entre las ideas y las imágenes. Goldmundo se pregunta: “¿Valdría acaso la pena dedicar toda la vida al servicio del arte, a expensas de la libertad y de las grandes aventuras, únicamente para crear un día algo tan hermoso que no fuese sólo vivido y contemplado y concebido en amor sino, además, labrado con segura maestría?
Luego de más de seis meses de la salida de mi libro “Viaje por la última frontera de Europa”, me gustaría compartir algunos de los comentarios y valoraciones que he recibido. Son mensajes recibidos a través de Amazon, Goodreads y otras plataformas.
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«Ese era en
esencia el espíritu del viajero apátrida: flotar en un mundo que parecía no
tener fronteras, pese haber cruzado tantas».
Un diario de
viajes muy especial que entremezcla las aventuras y experiencias personales del
autor con pinceladas de comentario histórico-político. Cada capítulo supone una
nueva aventura en un país distinto: Suecia, Estonia, Finlandia, Bielorrusia,
Ucrania, Chipre… y en cada uno de ellos aprendemos más sobre el viajero,
sobre sus encuentros y fortuitas amistades y, por supuesto, sobre el contexto
del país y las vidas e inquietudes de algunos de sus habitantes. Al final, lo
que pretende no es sino descubrirnos lugares que no sabíamos que existían o de
los que conocíamos poco más que su nombre.
‘Viaje por la
última frontera de Europa’ consigue, gracias a la «inocencia del
viajero» y la honestidad que desprenden sus páginas, mostrarnos, sin
juicio alguno, otra parte del mundo muy diferente al que estamos acostumbrados.
De Ana Gracia
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Un libro especial
y espectacular, escrito en un lenguaje sencillo para que todos los que no
sabemos mucho de política ni conocemos esos países más que x lo que vemos en la
tele o nos cuentan podamos verlos a través de sus ojos. Su escritor
@barrio.viajero ha ido explicando su periplo por su cuenta de #instagram y ya
me pareció interesante hasta el punto de hacerle preguntas que me respondía
siempre con paciencia y buen humor. Un libro que cumple mis 3 requisitos para
cualquier buen libro que se precie #leeydisfruta #leeyaprende #leeyviaja
Completamente recomendada su lectura.
De Meraki Agudo
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Muy entretenido y
fácil de leer, recomendable para cualquier persona. A parte de narrar lo que le
acontece durante el viaje lo complementa con la historia, cultura, costumbres,
consejos y curiosidades del país. Además, nos contagia sus ganas e interés de
conocer países y a los «camaradas del mundo» abriendo la mente y
reflexionando sobre sus vivencias.
En conclusión, un
excelente libro para «viajar» sin salir de casa en estos tiempos de
confinamiento.
Cristian
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Uno de los libros
que más he disfrutado leyendo desde hace mucho tiempo. Hay quien puede pensar
que su lectura puede resultar algo tediosa, pero no puede estar más equivocado.
La manera de escribir del autor hace que su lectura sea relajada, para todos
los públicos. Este libro me ha permitido teletransportarme a los lugares que
describe Martín (@barrio.viajero) y conocer más acerca de culturas desconocidas
para mí hasta el momento. Ha sido un viaje inolvidable.
Adri Torres
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Entretenido libro
del periplo de Martín Madridejos por esos países entre Europa y el resto del
mundo que, a veces, no sabemos ni deletrear, ni ubicar. Sabe introducir muy
bien la historia de cada país y sus circunstancias. Con buenas citas escogidas,
como esta para describir la situación política de Turquía:
«Turquía, un
estado postimperial que aún está en proceso de redefinir su identidad, va en
tres direcciones: a los modernistas les gustaría ver que se convirtiese en un
estado europeo y, por lo tanto, mirar hacia el oeste; los islamistas se
inclinan hacia Oriente Medio y al mundo musulmán y, por lo tanto, miran hacia
el sur; y los nacionalistas de mentalidad histórica ven en los pueblos turcos
de la cuenca del mar Caspio y Asia Central una nueva misión para una Turquía
regionalmente dominante y, por lo tanto, miran hacia el este», de Zbigniew
Brzezinski.
¿Quién es D.? 😉
Abre y cierra el
libro las conversaciones con Juan Martínez el Sueco, el maestro que estuvo
allí.
Montse Madridejos
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Pues ya puedo
decir con cierto orgullo que he devorado el libro del compañero
@barrio.viajero, una auténtica joya a la hora de conocer los difusos límites
orientales de Europa. Desde el norte escandinavo hasta el corazón del Kurdistán
turco, esta lectura nos ofrece una serie de reflexiones interesantes sobre el
pasado, el presente y el futuro de nuestro continente, con un sinfín de
anécdotas y la descripción de personajes diversos que hacen todavía más ameno y
fresco el relato. Tal y como afirma el autor, «no hay nada como ver la realidad
con tus propios ojos y extraer tus propias conclusiones».
Jordi Peralta
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Curiosa ruta por
una parte de la Europa del Este tan poco conocida como fascinante narrada por
el autor de manera sencilla y entretenida con buena aportación histórica y de
los encuentros y visitas que realiza.
Cyranodejavier
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Es un excelente
libro que mezcla viajes, análisis y anécdotas. Madridejos es un talento joven a
seguir y apoyar.
José Antonio Chozas
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Trepidante. Descubrí el libro en el confinamiento y ha sido un placer
leerlo. Muy buena opción para regalar!
Paco Espinosa
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Viaje por la
última frontera es un muy buen libro de aventuras para conocer la política
actual de países como Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia, Rusia, Lituania,
Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Rumanía, Bulguaria, Turquía, Chipre y Malta.
Martín Madridejos
tiene una escritura y una narración única que en tiempos de Covid-19 me ha
permitido viajar por todos esos países.
Xavier Blanco
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A pesar de que
traten de encerrarnos en límites fronterizos -más o menos visibles o estrictos
según nuestros privilegios-, el movimiento y la pasión por descubrir son
características ancestrales del ser humano. El movimiento, la migración y el
viajar son parte de nuestra esencia. Pero hay muchas vidas, distintas formas de
vivir, y, en consecuencia, distintas formas de movimiento.
Este libro, una
ópera prima de Martín Madridejos, a mi parecer, es un relato de quienes
viajamos para construir respuestas -las cuales suelen ser más y mejores
preguntas-. Respuestas a nosotros y al mundo que nos rodea: política,
tradición, cultura y dilemas vitales y experienciales. Respuestas fruto de
«barrioviajar»: conversar, callejear, perderse y observar.
A su vez, es un
relato humano, sin grandes pretensiones, por unas tierras comúnmente
desconocidas, sometidas a un proceso de cambio profundo -tras la caída del
Telón de Acero- hacía un presente y futuro incierto: los países que conforman
las fronteras entre el continente europeo y asiático.
La improvisación
y curiosidad viajera, junto con las contradicciones, cambios convulsos e
incertidumbre de Europa del Este y Eurasia, hacen de este relato una ventana a
reflexiones y procesos de empatía para aventureros/as reflexivos/as, amantes
del movimiento y del aprendizaje constante.
Te invito a leer
este relato, vincularlo con tus experiencias y reflexiones y nunca dejar de
hacerte más preguntas.
Marina García
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Me ha gustado
mucho el libro, muy dinámico y das una descripción sencilla pero muy completa
de los lugares.
Castro “Elsolo”
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He acabado tu
libro y quiero felicitarte. Me ha gustado mucho. Me ha resultado entretenido y
además me ha dado información que desconocía…..soy un poco inculta ya sabes
que a los de ciencias nos pasa un poco. Un abrazo.
Rosa
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Es una mezcla de reflexión sociopolítica y búsqueda interior. De hecho, no se diferencian una de otra, siendo ambas el canal de expresión por el qué el autor nos guia por sitios que, aún siendo en Europa ,parecen tanto de otra parte, de otro mundo.
Lo pondría en la sección de libros realistas, cuál dietario de un explorador del siglo XIX, solo que esta vez es por Europa, el explorador tiene apenas 25 años y aunque no lo parezca, todo lo que se nos muestra es el crudo siglo XXI.
El enorme catálogo de citas de distintos escritores y pensadores que se observa en la obra es una delicia para entender de donde se informa este autor tan sincrético a la hora de esclarecer sus neblinas de juicio.
Partir (2006) del escritor marroquí Tahar Ben Jelloun es una desgarradora novela sobre los dramas de la inmigración clandestina. La historia se sitúa en la mágica Tánger –la ciudad de la pasión y la traición–, en aquellos cafés que miran las costas españolas en los que hay jóvenes marroquís fumando kif, bebiendo té a la menta y deseando “partir” y cruzar el Mediterráneo.
Azel –un joven marroquí licenciado en Derecho, guapo, mujeriego, poco religioso y con modales– un día conoce a un aristócrata español llamado Miguel, el cual hace realidad su sueño: partir a España e intentar una nueva vida, fuera de las miserias y desesperanzas de su país natal. A partir de allí, y a través de la interacción con muchos otros personajes, se desarrolla una historia que va de mal en peor y que nos describe con crudeza el drama de la pobreza y de la inmigración, marcada por la convivencia en los bajos fondos llenos de trapicheos, prostitución y falsas promesas en la ciudad de Barcelona.
El libro describe a la perfección la relación entre España y Marruecos, entre el cristianismo y el islam, entre dos culturas que a veces se aman y otras se odian. Las reflexiones van más allá del racismo que tienen los “hispanulis” a los “moros”; se trata al fin y al cabo de una enigmática y contradictoria relación histórica. En ocasiones, el “hispanuli” que ayuda al “moro” es un salvador, un ser benevolente con buen corazón, pero luego puede convertirse en un explotador; y todo eso acompañado de la situación irregular que viven muchos marroquíes en España, su falta de apoyo familiar y económico, las malas influencias de barrios guetto, la dicotomía entre ser “reclutado” o perderse en el kif y los trapicheos…
“Partir” es un libro sobre los sueños –constantes a lo largo de la novela– de partir, de irse a otro lugar –pese a que los africanos dicen que “nosotros partimos siempre para volver”–, aunque muchas veces este no sea la panacea. Es un libro para amar y odiar a Marruecos, para entender sus profundas contradicciones; es curioso también el “racismo” que hay entre los propios marroquíes. “Partir” también explica a la perfección la situación actual que vive Barcelona con la cuestión de los Jóvenes que Emigran Solos (conocidos como MENAs). La moraleja es que muchas veces da igual quien seas, lo que hayas estudiado o la voluntad que tengas; la situación puede comerte y ante todo vas en busca de sobrevivir en la anarquía.
Dice el autor que el inmigrante anónimo “nunca olvida de dónde viene, nuestros orígenes nos persiguen allí donde vamos, uno no se libera de sus raíces tan fácilmente, nos creemos a menudo que hemos cambiado de mentalidad, pero ésta se resiste”.
Este libro debería ser obligatorio para cualquiera con ganas de explorar el sur de Asia. Confieso que he leído varios libros de él pero esta aventura de casi un año por los mundos de dios me ha dejado atónito ¿Por qué el ser humano toma tantos riesgos en busca de lo desconocido?
Jorge es único y posee habilidades ganadas de una vida viajera y gallarda: viaja casi sin dinero y sin equipaje, aprender las lenguas locales, penetra en lugares prohibidos, convive con monjes de todas las religiones… en su eterna búsqueda del Conocimiento mediante viajes por el mundo. En este periplo lo encarcelan en Afganistán por entrar ilegalmente, se hace trekkings con mocasines y se une a los tamiles en Sri Lanka, entre otras anécdotas.
¡Hay momentos en los que temí por su vida, qué osadía! Pero además de las constantes aventuras, Jorge hace un extenso ejercicio antropológico describiendo a las gentes y a las religiones de la región, interesándose en el misticismo del Islam, del Hinduismo y del Budismo.
Siddharta (1922) es posiblemente el libro más conocido del literato alemán Herman Hesse. Inspirado en sus viajes por la India y el hinduismo, el escritor construye un cuento alegórico basado en la vida de Siddharta, un joven e inteligente hindú hijo de un Brahman (sacerdote) que va en busca de su propio su “camino”, con la intención de llegar al “nirvana”. Después de haber pasado una temporada viviendo como un asceta (meditando, ayunando y pensando), aparece un nuevo líder llamado Gotama (Buda), un ser misericordioso e iluminado que pretende crear una nueva doctrina. Mientras que su querido amigo Govinda decide unirse al camino del Gotama, Siddharta, tras conocer al Buda, decide seguir buscando, y afirma que “ninguna doctrina me tentará, ya que la doctrina de este hombre no me ha tentado”.
Editorial Bruguera
Seguidamente, un contemplativo pero inexperto Siddharta llega a la ciudad, donde se enamora de una joven aristócrata. Para conquistarla, se ve obligado a convertirse en comerciante y adoptar patrones de la vida burguesa. Al principio, su pasado contemplativo le ayuda a ser un espectador de la sociedad, un observante, y al no conocer ningún oficio se ve obligado a aprenderlo. “Y usted que sabe hacer”, le preguntan. “Meditar, pensar y ayunar”, responde. Los primeros años los pasa feliz, aprendiendo del amor y de los negocios, y dando consejos a los urbanitas. Pero con el paso del tiempo, comienza a experimentar conductas más gregarias como la envidia, el placer o la abundancia.
Cansado de su vida acomodada, Siddharta entra en crisis y decide volver a sus orígenes, y parece encontrar su camino trabajando de barquero, transportando a viajeros junto a su sencillo pero “experto en el arte de escuchar” compañero Vasudeva, con el que vive en una choza y se alimentan de plátanos. A partir de allí, después de toda una vida repleta de experiencias -que lo ha convertido en un sabio-, una serie de hechos le hacen, de nuevo, replantearse su existencia; Siddharta acaba concluyendo de que el mundo es perfecto, que la naturaleza (el río) es sabia y que lo único importante es el amor.
Siddharta es una novela que puede leerse en un día; su lectura, casi poética y con mucho diálogo reflexivo, es adictiva. Las enseñanzas y las interpretaciones son variadas, pero la idea principal, como buen manifiesto hippie que representa, es la de buscar tu propio camino sin importar lo demás, y que siempre que busques, acabarás encontrando. Su historia es la de un joven religioso con intereses transcendentales que ve que su esfuerzo asceta queda mermado por la materialista vida de ciudad. Un rechazo, sin lugar a dudas, de la vida burguesa. Pero también es el relato de una evolución, casi natural, del ser humano, de reencontrarse con sus orígenes y con su “yo”, y de aceptar que la vida está llena de etapas diferentes; en unas preferirás meditar en lo alto de una montaña, en otras querrás probar las frutas del amor prohibido; en unas desearás el libertinaje, en otras amarás a tu hijo más que a nada en este mundo.
La recomendaría encarecidamente a aquellos jóvenes que están interesados en la “espiritualidad”, pero es apta para todos los públicos y (casi) para todas las edades. Junto a On the road the Jack Kerouac, este libro es perfecto para dar inicio a una “revolución personal” o, como dice esa frase naïf y aparentemente vacía “encontrarse a sí mismo”; para viajar en busca del nada y del todo. Estudiar ideas que vayan más allá del actual cristianismo secularizado puede ser muy útil, pese a que esto no sea un manual para budistas e hinduistas. Es una simple y bonita alegoría con una gran enseñanza.
Un resumen de Crisis: cómo reaccionan los países en los momentos decisivos (2019, Editorial Debate), el nuevo libro de Jared Diamond.
El autor estadounidense empezó su carrera más vinculada a las ciencias, pero en los últimos años comenzó a «mezclar» diversas ciencias, como la antropología, la psicología y la historia.
Concretamente, en este libro estudia aquello que llamamos “crisis”, definido como:
Un punto de inflexión en el que la diferencia existente entre las condiciones que se observan antes y después de dicho “momento” es “mucho mayor” que la que existe entre la fase anterior y posterior de “la mayoría” de todo los demás momentos”.
Parece una definición confusa, pero con ésta representación quizás se entiende mejor. Pongamos que tenemos dos momentos, ambos con un punto de inflexión
Luego observaremos como eran esos momentos antes y después del punto de inflexión. En el momento 2, tras el punto de inflexión, vemos que aparece una distorsión curvilínea, algo «raro» o «diferente». En este sentido, consideraríamos al punto de inflexión en el momento dos como una crisis, ya que la diferencia entre la fase anterior y la fase posterior es mayor que en el momento 1.
Cuanto más raro sea ese “momento” más posibilidades tendrá de considerarse una crisis.
Los países atraviesan momentos raros en su historia, y en éste libro Diamond se dispone a analizar, mediante un ejercicio de política comparada, momentos críticos de la historia de Finlandia, Chile, Japón, Indonesia, Alemania y Australia y el presente de Estados Unidos, países escogidos por vinculaciones vitales con ellos, y especialmente el último, lugar donde nació y vive actualmente.
La peculiaridad de los análisis de Crisis: cómo reaccionan los países en los momentos decisivos reside en que aplica fundamentos de la psicología -en cuanto a la resolución de crisis personales- y los utiliza para entender lo que han sufrido los estados nación.
Así pues, las bases para resolver las crisis personales que todos hemos pasado sea por un pérdida, un despido o un desamor, se basan en este doce aspectos.
Reconocimiento de estar en crisis
Aceptación de la responsabilidad personal
Construcción de un cercado para acotar individualmente los problemas a los que hay que dar solución
Obtención de la necesaria ayuda material y emocional de otros individuos o grupos
Adopción de otras personas como modelo de resolución de problemas
Fortaleza del ego
Autoevaluación honesta
Experiencia de crisis anteriores
Paciencia
Flexibilidad
Valores centrales personales
Ausencia de constreñimientos personales
La primera duda del lector es que las personas y los países no son lo mismo.
Pero Diamond especifica que “aunque no sean directamente transferibles a los casos de crisis nacionales, sí que nos sirven como metáforas útiles a la hora de señalar otros factores relevantes para su gestión”
Los países son al finaluniones de muchas personas, e implican instituciones y liderazgos. Evidentemente, estos aspectos no existen en la psicología personal.
¿Tienen los países una psicología?
Jared Diamond. He visto algún vídeo suyo en Youtube y me ha caído simpático. Es del ala progresista de Estados Unidos.
La crisis nacionales
El primer caso del libro es el de Finlandia, que tras años complicados logró una estable relación con Rusia. Pese a las múltiples guerras que tuvieron ambos en la Segunda Guerra Mundial, Finlandia no llegó a ser ocupada a diferencia de otros países. Consciente de su debilidad en tamaño, economía y geografía respecto a Rusia, a partir de la Guerra Fría Finlandia consolidó una amistad gracias a los esfuerzos de su diplomacia por llevarse bien con la URSS; en un proceso conocido como finlandización, alabado y criticado por muchos. Para resolver esta crisis, Finlandia también consolidó una poderosa identidad nacional basada en la cultura y el idioma finlandés. Jared Diamond explica las habilidades que desarrolló Finlandia en todo aquel proceso de normalización con Rusia tras tres guerras y como se convirtió en un país del estilo escandinavo que destaca en sectores como la educación y la tecnología.
Japón, el segundo caso, es notablemente diferente. El país nipón permaneció aislado durante más de dos cientos años (1639-1853) hasta que tras negociar con los estadounidenses empezó a abrirse al mundo y a reformar su sistema con la Restauración Meiji, que supuso la adaptación de sistemas occidentales a Japón, aunque siempre respetando la cultura y la tradición del país. El fin del aislacionismo provocó profundos cambios en la sociedad japonesa, como el fin del feudalismo y la unificación lingüística. Solamente unos años después Japón crecía masivamente y más tarde estaba desarrollando una política imperial en el continente asiático, librando guerras con China, Corea y Rusia, y años más tarde siendo partícipe de la Segunda Guerra Mundial, que le supuso grandes pérdidas. Desde la Restauración Meiji Japón ha tenido que combinar el tradicionalismo y la occidentalización, además de lidiar con victorias y catástrofes nacionales. Esos años fueron fundamentales para la formación del Japón moderno. Hoy en día es uno de los países más avanzados, con el tercer PIB y la mayor esperanza de vida del mundo.
El tercer caso es Chile, que como los ejemplos anteriores tiene un componente militar muy importante en el desarrollo de sus crisis y su identidad nacional. Los chilenos históricamente presumían de su tradición democrática en comparación al resto de América Latina, hasta que tras la llegada al poder de Allende y sus políticas izquierdistas, un militar llamado Pinochet realizó un golpe de estado, seguido de 17 años de dictadura y cruda represión a los comunistas, además de contar con el apoyo de Estados Unidos y los Chicago Boys (Friedman y sus secuaces). La situación con Allende fue quizás alarmante, pero el periodo pinochetista, pese a “revivir” la economía del país con políticas neoliberales, tuvo una criminalidad sin precedentes. Ese es uno de los dilemas chilenos, la interpretación de la historia; el debate entre la economía y el pinochetismo. Pese a esta convulsa etapa, Chile sigue adelante intentando curar sus heridas, hoy en día marcado por las protestas contra el gobierno de derechas de Sebastián Piñera, tras años con Bachelet (izquierda) al poder.
El cuarto caso es Indonesia, el país más pobre y poblado (sin contar Estados Unidos) de los ejemplos escogidos. La historia de Indonesia es relativamente reciente, y su identidad nacional se crea mediante la unión de las diferentes islas de los archipiélagos controlados por el imperio neerlandés (conocido anteriormente como las Indias Orientales Neerlandesas) y la adopción de un idioma común (la bahasa indonesia, fácil de aprender). Así pues, el estado nación se crea en 1945 mediante una revuelta anticolonialista contra Holanda, con Sukarno al mando, instaurando una “democracia guiada”. Unos años más tarde, existían en Indonesia tres fuerzas políticas principales; los partidarios de Sukarno, los militares y los comunistas. Se comenzaron a producir tensiones, y el nuevo líder Suharto, tras un fallido intento de golpe de los comunistas (hay muchas incógnitas al respecto) empezó una brutal represión que se saldó con la vida de 500.000 indonesios comunistas. A su vez, Suharto, que se mantuvo en el poder hasta 1998 siendo un aliado de Occidente, aprovechó para liberalizar la economía y hacer diferentes reformas. Desde entonces, Indonesia es una democracia y una potencia emergente.
En quinto lugar tenemos a Alemania, un estado tardío (mitades XIX) en comparación al resto de Europa occidental que, además, perdió la Segunda Guerra Mundial y quedó dividida en dos partes, el bloque capitalista (RFA) y el bloque comunista (RDA). Su geografía es uno de sus grandes condicionantes, ya que se sitúa en el centro de Europa y es propensa a invasiones. En Alemania la crisis reside en el dramático reparto y división de las tierras alemanas tras la guerra, y la memoria de ésta y del nazismo, de la cuál Alemania ha hecho un gran ejercicio de autocrítica en comparación a Japón. Alemania tiene un debate entre su autoritarismo y su eterno respeto al verboten (lo prohibido). Su convulso siglo XX, marcado por dos guerras mundiales y la división del país, supuso un cúmulo de errores que ha llevado a una autorreflexión constante. Tras la caída del comunismo (1989-1991) el país se unificó y hoy en día es, de nuevo, una de las principales potencias en el mundo.
El sexto y penúltimo caso es Australia, en el que su crisis reside en la búsqueda de la identidad nacional mediante el rechazo (parcial) a ser una mera avanzadilla británica. Hasta prácticamente la Primera Guerra Mundial, Australia era básicamente una paradisíaca y gigantesca isla en la que vivían británicos, pero que tras la famosa batalla de Gallipoli, en la que murieron miles de australianos contra los turcos, se comienzan a formular vestigios de nacionalismo australiano. El estado nación australiano comenzó a abrirse al mundo después de la Segunda Guerra Mundial, en la que se siente traicionada por el Reino Unido por cuestiones militares. Después de eso, Australia cambió sus formas de vida, su comercio y sus intereses, y recibió más inmigración, aunque siempre se ha mantenido en la Commonwealth.
Tras el análisis de estos seis países (más Estados Unidos), Diamond transforma los puntos de la crisis personal en crisis nacional, sustituyendo al individuo por el país. Al igual que las personas, los países tienen una psicología (mucho más compleja) que puede ser tratada si se consideran estos doce aspectos.
Reconocimiento de estar en crisis
Aceptación de la responsabilidad personaldel país
Construcción de un cercado para acotar individualmente los problemas a los que hay que dar solución
Ayuda de otros países
Adopción de otros países como modelo de resolución de problemas
Identidad nacional (Fortaleza del ego)
Autoevaluación honesta
Experiencia de crisis nacionales anteriores
Paciencia ante fracasos nacionales
Flexibilidad nacional ante casos específicos
Valores centrales nacionales
Ausencia de constreñimientos geopolíticos
De acuerdo a estos principios, cualquier país del mundo podría analizar su propia situación crítica, aunque el presente muchas veces nubla la mente y la historia enseña a ver con perspectiva.
Diamond demuestra que, al fin y al cabo, para que un país funcione sus habitantes tienen que creer en él de una manera casi mística, con una unificación cultural y lingüística llena de mitos, sean los malvados comunistas, los traidores británicos o los colonialistas holandeses. Los países y sus identidades nacionales se crean, en la mayoría de casos, a través de guerras y enemigos externos.