Octubre 2016
Este trabajo surge de un debate producido en una clase de universidad, en la que se habló acerca de la palabra xarnego. Aún tratarse de una palabra en desuso en la actualidad, recientemente Gabriel Rufián, candidato de ERC a las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, pronunció un discurso en el Congreso en el que apelaba a su origen nacional (Andalucía) y a su lengua vehicular (Castellano) y se autodenominaba xarnego.
A raíz de esto, mi interés al respecto se acrecentó. Pero, ¿quién es charnego hoy en día? ¿quién se ha criado con la inmersión lingüística puede ser un xarnego? Bajo mi punto de vista, no. Pese a que el catalán no sea la lengua más hablada en Cataluña, prácticamente toda la sociedad catalana entiende el idioma.
Uno de los puntos que históricamente han tenido más xarnegos ha el del Área Metropolitana de Barcelona, y concretamente, el llamado cinturón rojo, ese conjunto de ciudades obreras que rodean a la ciudad condal. Las características lingüísticas, culturales y económicas de los ciudadanos del cinturón tienen una clara incidencia en las elecciones. Cómo ha votado el cinturón rojo en los últimos años?
El cinturón rojo fue la denominación que se le dió, después de la Transición, a las zonas industriales que rodeaban a Barcelona. Históricamente, el conjunto de pueblos y ciudades del área metropolitana han tenido un claro predominio de la centro-izquierda política, es decir, han votado al PSOE o PSC.
Pero en los últimos años, este fenómeno ha ido cambiando.
Nuevas formaciones políticas como Ciudadanos y las confluencias cercanas a Podemos disputan el juego al partido socialista.
Mediante la teoría de clivajes analizaremos el voto.
«Los clivajes son necesarios para entender la evolución de la política desde los profundos cambios sucedidos a partir del siglo XVI, como la Revolución industrial, la creación de los Estados nación y la Reforma protestante» dicen Anduiza, Bosch: 2004). En este sentido, la estructura social acaba siendo la determinante en el desarrollo de los valores políticos de los ciudadanos, y estos acaban trasladándose en la creación de los partidos políticos contemporáneos.
Los clivajes, pues, surgen de conflictos generados por hechos históricos. En el trabajo me centraré en analizar el clivaje de clase social (el clásico que enfrenta a la burguesía y a los trabajadores) y el de origen nacional.
En primer lugar, tenemos el clivaje de clase social y voto, que se basa en que la estructura social está basada en una sociedad de clases: trabajadores (clase trabajadora) y burgueses (clase alta). Este clivaje tiene sus orígenes en las comunidades obreras del siglo XIX y XX, en el que los trabajadores votaban a partidos trabajadores; el partido obrero era su partido (Anduiza, Bosch: 2004). Esto es lo que se llama voto de clase.
El voto se basa en la clase social. Con el paso de los años, el voto de clase se ha ido debilitando, debido a que el voto obrero es cada vez menos automático (hay más movilidad social), se han reducido las diferencias entre clases y ha aparecido la clase media, una nueva clase social.
En segundo lugar, el clivaje de origen nacional se basa en que tu sentimiento nacional determina tu voto. En las sociedades contemporáneas, existe una gran diversidad cultural en muchos países, lo que repercute en la existencia de partidos políticos que representan esa diversidad.
El alineamiento, entendido como un “lazo o compenetración que existe entre un grupo de electores (habitualmente un bando de un clivaje) y un partido, y que llevaría a este grupo a votar automáticamente por el partido con el que están alineadas” (Anduiza, Bosch: 2004), resulta muy útil para entender que ciertos grupos ciudadanos se decantan por una opción electoral según su origen nacional.
Para delimitar el trabajo he escogido 9 de los municipios más poblados que rodean Barcelona. Cinco de ellos forman parte de la parte del río Besós y cuatro del río Llobregat.
En este sentido, los 9 municipios escogidos suman un total de 223 concejales del total de los 728 del Área Metropolitana de Barcelona, representando un total del 30%. En cuanto a población, en estos municipios viven un total 961.380 personas del 3.239.337 del Área, un 29%. Es decir, el cinturón rojo propuesto en mi análisis constituye aproximadamente el 12% de la población catalana. A continuación, se muestran las ciudades escogidas para el estudio, con la población (2012) indicada entre paréntesis:
- Badalona (220.977)
- Cerdanyola del Vallès (57.892)
- Cornellà de Llobregat (87.458)
- Hospitalet de Llobregat (257.057)
- Montcada i Reixac (34.689)
- Prat de Llobregat (63.162)
- Sant Adrià de Besòs (34.482)
- Sant Boi de Llobregat (83.070)
- Santa Coloma de Gramenet (120.593)
- En el siguiente mapa, están señalizadas con un punto rojo las poblaciones analizadas, así como un cinturón en forma de óvalo que representa al cinturón rojo.
Mapa 1: Ciudades analizadas
El análisis se basará en recoger las opciones políticas que han escogido los ciudadanos de estos 9 municipios en las últimas cuatro elecciones municipales y autonómicas sucedidas en Cataluña. Todos los datos, mostrados en el anexo, han sido extraídos de la web del ayuntamiento de Barcelona.
Las elecciones municipales escogidas han sido las de 2003, 2007, 2011 y 2015. Las elecciones autonómicas escogidas han sido las de 2006, 2010, 2012 y 2015. En este caso, se ha cogido el % de votos de cada partido. Todos los datos han sido introducidos en tablas, sumando en total de concejales (elecciones municipales) o en porcentaje de votos (elecciones autonómicas), por año y por partido político.
En los gráficos se pueden observar tendencias distintas, pero ambos coinciden en una cuestión: en las últimas elecciones el electorado se ha fragmentado por el auge de nuevas formaciones políticas.
En el gráfico 1, que trata sobre las elecciones municipales, se observa un claro predominio del PSC en las elecciones de 2003, 2007 y 2011, dominando históricamente pero con una drástica bajada en las últimas elecciones, que coincide con el ascenso de C’s, la CUP y ERC. Vemos, en este caso, que el PSC comienza a perder hegemonía en el cinturón rojo.
En el gráfico 2, el PSC no tiene un dominio tan fulgurante pero sí que se observa un notable descenso. Aunque el gráfico no lo contemple, cabe decir que si miramos la evolución de las elecciones autonómicas desde la transición, CiU ha sido el partido que más ha dominado en Cataluña, mientras que en la zona estudiada ha sido siempre un bastión socialista. De nuevo, en las últimas elecciones autonómicas el auge de otras formaciones políticas como C’s o JxSi coincide con el descenso del PSC.
Pero, ¿por qué la ciudadanía del cinturón rojo ha votado históricamente al PSC? y ¿por qué el cinturón rojo vota diferente en las diferentes elecciones? Esto se debe a los clivajes analizados en el marco teórico. El votante del cinturón rojo analiza las elecciones y vota según clase social o identidad nacional.
Por tanto, en las elecciones municipales el eje principal es el de clase social. El votante del cinturón, obrero y de izquierdas, vota al PSC porque representa una fuerza de izquierdas para ellos.
Por otra parte, en las elecciones autonómicas, el eje principal es el de origen nacional, y más aún en un contexto polarizado por la independencia de Cataluña. En este caso, el votante del cinturón, muchos de orígenes no catalanes, vota por opciones políticas no independentistas. De ahí que la fuerza más votada sea C’s.
En las elecciones autonómicas, vota según el origen nacional, mientras que en las municipales domina el voto de clase”. Mediante la teoría de los clivajes y analizando los resultados electorales durante las últimas elecciones.
Existe una diferencia notoria entre el votante del cinturón rojo en lo que respecta a las elecciones municipales y autonómicas. En las elecciones municipales el clivaje clase social, desembocado en el eje izquierda-derecha, es el predominante, mientras que en las elecciones autonómicas, es el clivaje de origen nacional, que desemboca en el eje Independentismo-Unionismo.
El votante del cinturón rojo rechaza el independentismo y es de izquierdas. Sumándose a la emergencia de otras formaciones políticas, el panorama electoral de los alrededores obreros de Barcelona está en periodo de cambio. Además de esto, la sociología clásica del cinturón rojo está sufriendo importantes transformaciones. El xarnego ya no existe, y si existe, se llama Mohammed.