La peste (1947) de Albert Camus

Abril 2020

La peste (1947) de Albert Camus. Tomé este libro como un reto personal, como una lucha contra la aprensión que estamos viviendo. Me costó mucho leerlo; cada cinco páginas tenía que parar. Y no fue únicamente por el estado de despiste y aburrimiento perpetuo, sino por las similitudes que tiene este crudo libro con el coronavirus.

Creo que leyendo La Peste, novela ambientada en una Orán (Argelia) atacada por la peste en los años cuarenta, he podido experimentar muchos de los sentimientos que sufrí desde el estallido de la pandemia actual. Añade el existencialismo de Albert Camus, encarnado en el doctor Rieux, y su filosofía del absurdo, y tendrás un cóctel hierealmas.

En La Peste se describe como al principio todo el mundo llevaba una vida normal. Nadie aceptaba lo que ocurría. Las ratas morían, algo raro pasaba. Luego comenzaron las muertes, el estado de alarma, las separaciones, la cancelación de los viajes, el aumento del consumo de alcohol, el pánico general… luego la aceptación (y la rendición)… En Orán también tu vecino podía ser un «apestado», no se podía ir a los funerales y se tenían que abrir estadios para poner a los infectados.Creo que vivir en el antropoceno nos da una cierta ventaja de cómo los humanos afrontamos el virus (¿somos tan dueños del mundo como creíamos?), pero leyendo a La Peste pensé en lo ignorantes y estúpidos que podemos llegamos a ser; siempre se repiten los mismos errores.

La Peste es la visión pesimista de un doctor que lucha contra la enfermedad, pero que acepta la muerte en mundo absurdo. Esta novela está inspirada en la ocupación nazi de Francia.

Cartas a un amigo alemán (1943-1944) de Albert Camus

Junio 2020

Cartas a un amigo alemán (1943-1944) son un compilado de escritos que Albert Camus envió a su hipotético “amigo alemán” durante la ocupación de Francia en la Segunda Guerra Mundial. Compuesto por un total de cuatro cartas publicadas en diferentes medios franceses, en ellas Camus habla de la relación entre Francia y Alemania.

La primera es sobre la patria y el nacionalismo, y del papel que tiene el espíritu frente a la espada; sobre la resistencia heroica de Francia. “Hemos aprendido que, en contra de lo que a veces pensábamos, el espíritu nada puede contra la espada, pero que el espíritu unido a la espada vencerá eternamente a ésta utilizada por sí sola”.

La segunda habla de la “verdad”, de las mentiras de los nazis (“Ustedes se limitaban a servir al poder de su nación, nosotros soñábamos con infundirle a la nuestra su verdad”) y hace una crítica a la religión, “le parecía natural que incluso la fe sirviera a su país”.

La tercera carta se centra en la cuestión de Europa, destruida y conquistada por los nazis, en la que Camus dice: “Europa para nosotros es esa tierra del espíritu en la que desde hace veinte siglos prosigue la más asombrosa aventura del espíritu humano”, y prosigue “Ni Fausto ni Don Quijote estaban hechos para vencerse el uno al otro, y que el arte no se había inventado para traer el mal al mundo”. “Europa estará todavía por hacer. Siempre está por hacer”.

Tras cuatro años de ocupación, los nazis comienzan a recular; la derrota alemana se presiente. En la última carta Camus habla de la legítima autodefensa, de la libertad y la justicia del hombre, “Sigo creyendo que este mundo no tiene un sentido superior (…) Este mundo tiene al menos la verdad del hombre y es misión nuestra dotarle de razones contra el propio destino”.

Cartas a un amigo alemán es un libro muy corto, pero que debe leerse tranquilamente debido a la intensidad argumental de Camus. Son cartas con una antigua amistad, ahora una obligada enemistad. Un retrato del pensamiento humanista y libertario de Albert Camus, existencialista, con fe en la libertad del hombre, en su justicia y su verdad, pero alejado del nacionalismo. Es un libro antifascista increíble, un documento que ilustra la idea espiritual de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.