Julio 2020
Mendel el de los libros (1929) es un trágico y entrañable cuento de Stefan Zweig sobre Jakob Mendel, un vendedor ambulante de libros que se dedica compulsivamente a su trabajo; pero no lee libros sino que conoce las ediciones, los nombres, los autores y cualquier tipo de detalle. El hombre, un judío de Galitzia, lleva acudiendo al café Gluck de Viena desde hace 25 años, y cada día se dedica a estudiar libros, lo que le llevó a convertirse en un ser querido en el lugar y de gran ayuda para los amantes de la cultura libresca y para el propio propietario del café; Mendel era una enciclopedia y atraía a muchas personalidades. “Él lo sabe todo y lo consigue todo. Él te trae el libro más singular del más olvidado de los anticuarios alemanes. Es el hombre más capaz en toda Viena y además auténtico, un ejemplar de una raza en extinción, un saurio antediluviano de los libros”, le dice un colega a Zweig.
Un día, este inocente e excéntrico librero, que se dedica a enviar cartas a libreros de otros países para conseguir material, es arrestado por la policía austríaca en plena Guerra Mundial, momento en el que está prohibido mantener contacto con potencias enemigas. Mendel es acusado de espía, y por ende, enviado a un campo de concentración dos años. Al volver de ese tiempo de suplicio, lleno de vejaciones y sin libros, Mendel ya no es el mismo, ha perdido su razón de ser, “ya no era el miraculum mundi, el mágico archivo de todos los libros”. Finalmente es expulsado del café acusado de ladrón y acaba muriendo de neumonía.
Stefan Zweig, en este magnífico y sencillo cuento (¿ficticio?) se decide a recomponer la historia de este mítico librero de Viena a través de la confesión de una humilde mujer, con el objetivo de condenar el olvido de personalidades de su talante. ¿Cómo un hombre tan pacífico e inofensivo puede llegar a tal desenlace y, además, no ser recordado?