Margaret Thatcher y la guerra de las Malvinas

Enero 2016

Margaret Thatcher se caracterizó por ser una polémica figura.

Su personalidad podría ser analizada mediante el modelo del actor individual o psicológico, que son herramientas los análisis de política exterior.

El apodo de dama de hierro que le otorgó la prensa soviética en los años ochenta no fue en vano, sino la consecuencia de una serie de políticas y declaraciones como la famosa frase “La sociedad no existe. Hay hombres y mujeres, y familias”.

Su fuerte liderazgo autocrático marcado por un carácter impasible y ambicioso, una mezcla entre ambición, voluntad y valentía, le llevaron a enfrentarse a la Junta Militar que gobernaba la República de Argentina.

En un contexto sumamente complicado, después del giro radical en la política británica con el inicio de las políticas neoliberales, Margaret Thatcher tomó la decisión de intervenir militarmente en las Islas Malvinas. Esta decisión, de acuerdo a muchos autores y periodistas, fue “estrictamente personal”.

Pero nos preguntamos hasta qué punto el factor individual, el liderazgo de Thatcher, estuvo involucrado en la intervención militar.

Margaret Thatcher se mostró como una figura con la “coherencia moral de quien siempre había alardeado de adalid de la democracia y la libertad” y “enfatizó el absolutismo moral, el nacionalismo y los derechos del individuo frente a los del Estado”.

Desde el primer momento Margaret Thatcher se mostró decidida en su posición y sus decisiones, con declaraciones como:

La gente de las islas Malvinas, como el pueblo del Reino Unido, son una raza isleña. Son pocos en número, pero tienen derecho a vivir en paz, a escoger su modo de vida y determinar a quién deben lealtad. Su modo de vida es británico, su lealtad es con la Corona. Es la voluntad del pueblo británico y el deber del Gobierno de Su Majestad hacer todo lo que podamos para sostener ese derecho” (Emili Blasco, 2013)

También pronunció frases como  “Si les han invadido, les tenemos que salvar” o “Nunca tuve ninguna duda acerca de lo correcto de la decisión” y que “nunca miro atrás”. (Emili Blasco, 2013).

Margaret Thatcher tuvo la capacidad de influir enormemente sobre su propio gobierno para la respuesta a la intervención de la junta militar. En este sentido, cumple los requisitos básicos del liderazgo autocrático o autoritario y su creencia en que el fin justifica los medios. Concentró todo el poder en su figura y comandó el gobierno de manera unidireccional, centrándose en cumplir unos objetivos concretos y proponiendo soluciones sin importar las maneras, para devolver la soberanía de las Islas Malvinas al Reino Unido.

El liderazgo autocrático de Thatcher se caracterizó por ser restrictivo, exigente y dominante, imponiendo sus ideas a su propio gobierno y a la sociedad civil británica. Según Michael Genovese “Margaret Thatcher controlaba su gabinete ministerial a través del miedo y la intimidación, mediante el control del programa político, mediante la viva fuerza de su personalidad y convicción” (Michael Genovese, 1997: pp 261).

junta_militar_acusados
La junta militar argentina.

Con el paso del tiempo han ido apareciendo paulatinamente estudios de neurociencia que explican las implicaciones, cada vez más notables, que podrían llegar a tener los factores emocionales en la toma decisiones.

Margaret Thatcher se crió en un ambiente liberal, con un padre muy politizado poseedor de dos comercios. Posteriormente, en su vida universitaria estuvo vinculada a movimientos políticos conservadores, hasta que decidió entrar en el Partido Conservador británico.

Sus inicios en los tories le permitieron conocer a Denis Thatcher, un influyente hombre de negocios, con el que acabó casándose. Los principios y las convicciones de Margaret Thatcher estuvieron muy influenciados por su ambiente, criada con un espíritu liberal y antiestatista desde su infancia.

La ex presidenta analizó la intervención de la junta militar argentina con la máxima simplicidad posible, deconstruyendo la compleja realidad del contexto para crear una solución fácil.

La robustez y la consistencia de su decisión de intervenir en las Islas Malvinas cautivó a la opinión pública, transformando la política en una cuestión nacional. La aversión al riesgo también constituyó un factor esencial, en la que Thatcher estaba convencida de que las pérdidas eran menos perniciosas que las posibles ganancias.

0,,15848192_303,00
Bandera británica ondeando en las Islas Malvinas

Isaiah Berlin publicó en 1953 un libro llamado “El erizo y el zorro”, en el que explicaba que el mundo se dividía entre erizos, que simplifican la realidad y se centran en su concepción del mundo, y los zorros, que son capaces de acumular grandes ideas y conocimientos sin centrarse en ninguna idea concreta.

En todos los conflictos que tenían, el erizo siempre sacaba sus rígidas púas que le salvaban siempre, mientras que el zorro ideaba nuevas estrategias para salvarse. De acuerdo al filósofo, a Margaret Thatcher la etiquetaríamos, sin duda alguna, en el erizo.

Thatcher se caracterizó por conducir sus políticas con consistencia, simplicidad y riesgo, optando siempre por la confrontación antes que el pacto. En este sentido, se enfrentó un gran número de actores de la vida británica, desde los mineros hasta los sindicatos, y a nivel internacional contra los militares argentinos. Durante el conflicto de las Malvinas la ex presidenta se mostró impasible, reafirmando su ortodoxia y su poderosas convicciones.

Deja un comentario