Agosto 2020
La crisis del mundo moderno (1927) del filósofo René Guénon es un peculiar ensayo muy diferente a lo que he leído últimamente, con un enfoque radical y metafísico de lo que él llama “el mundo moderno”, es decir, el mundo occidental. El autor, un cristiano francés convertido al islam y experto en misticismo oriental, expone en este libro los porqués de la crisis de aquel entonces, que podría extenderse a la actualidad. La crítica de Guénon al mundo moderno es extrema: Occidente se encuentra en una decadencia espiritual sin precedentes debido a su renuncia a la tradición, y por tanto estamos cerca del fin de un ciclo histórico. Este libro podría enmarcarse dentro de los debates de “Oriente y Occidente”.
Pese a tratarse de un ensayo corto, Guénon es capaz de transmitir sus críticas a los grandes pilares de la cultura occidental; el filósofo no deja a nada ni nadie prácticamente vivo, ya que considera que estamos en un momento realmente crítico de la humanidad, una crisis que empezó con la descomposición de la Cristiandad, “con la que se identificaba esencialmente la civilización occidental de la Edad Media”. Su crítica al protestantismo es atroz y cree que la cohesión entre Oriente y Occidente debería hacerse mejor a través del catolicismo y el papado.
Guénon dispara argumentos de carácter metafísico a todos los cimientos occidentales, como el individualismo, el materialismo y la “ciencia profana”. Según el autor, el humanismo que nace tras el renacimiento es un primer esbozo del laicismo y del individualismo moderno, el cual se centra en lo artificial y olvida lo tradicional. Respecto a la “ciencia profana” Guenon también se muestra crítico: “Los modernos, en general, no conciben otra ciencia que la de las cosas que se miden, se cuentan y se pesan, es decir, de las cosas materiales, pues solamente a éstas se puede aplicar el punto de vista cuantitativo”, explica.
Otra de las críticas que articula es la idea de que en Oriente predomina la contemplación y en Occidente la acción y el cambio constante. El final del libro, con una sabia advertencia, acaba con la descripción del caos social occidental y el riesgo inherente de que llegue a Oriente y pervierta su tradicionalismo.
En líneas generales tengo que decir que la “La crisis del mundo de moderno” me ha gustado y me ha parecido necesario para seguir ampliando miras. Su planteamiento de base (el caos al que está llevando el antitradicionalismo occidental) es interesante, pero el desarrollo de las ideas es mucho más limitado y poco detallado. Creo que peca de unificar en exceso a “Oriente”. “La crisis del mundo de moderno” me parece más un manifiesto que otra cosa, y seguro que si leo más a Guénon entenderé mejor sus argumentos. Me ha llamado la atención que el libro muchas veces está escrito desde la primera persona del plural.