Marzo 2014
Tuve la suerte de viajar a Madrid a las Marchas de la Dignidad que se celebraron en 2014, siendo uno de los eventos más multitudinarios de la izquierda española de los últimos años. Escribí un reportaje a modo de crónica, hora por hora, basado en la solidaridad que se respiraba en aquel 22 de marzo.
Llevaba más de diez años sin visitar la capital y se me presentó esta candente oportunidad: subir en bloque desde Cataluña para dar apoyo a las manifestaciones. Lo cierto es que pese a la corta estancia en la ciudad –un solo día- pude disfrutar de un magnífico ambiente, donde miles de personas de todas las partes del Estado se manifestaban bajo el lema de Pan, Trabajo y Techo.
23:30: Mi bloque sale desde Plaza Catalunya dirección Madrid. Somos dos buses compuestos por jóvenes de Catalunya. En mi bus íbamos principalmente estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Hacemos un descanso en una estación de servicio cerca de Zaragoza. Alrededor de las 3:30 el bus retoma su dirección. Apenas pude dormir ya que esos malditos buses son incomodísimos y, para colmo, si eres relativamente alto –mido 1.85- más aún.
8:00: Llegamos a Madrid. Nuestros buses paran en el barrio de San Blas, situado a las afueras de Madrid, delante del futuro estadio del Atlético de Madrid. Ya que sobre las 9:30-10:00 empezaba la manifestación de nuestro bloque –formado por columnas de Aragón, Navarra y Cataluña-, estuvimos tomando un café en un bar cercano a la Plaza Grecia.
Mientras tomaba el revitalizante café tuve la oportunidad de leer el diario La Razón, para distraerme un rato y ver la opinión del diario oficial del Partido Popular. Al leer dicho periódico, me entraban dos sensaciones distintas; por una parte, rabia, por la tremenda manipulación; por otra parte, diversión, porque me daba la sensación de estar leyendo un cómic.
9:30: Se respiraba ambiente en Plaza Grecia. San Blas comienza a llenarse de gente, distintos colectivos comienzan a llegar. Esperamos un rato a que llegue el último bloque para emprender el camino a Atocha, se comienza a cantar y se para el tráfico. Mínima presencia policial. El último bloque al llegar es recibido con aplausos y sonrisas.
10:30 – 11:00: La ruta nordeste parte de Plaza Grecia dirección centro de Madrid; nos esperan doce kilómetros de camino, prácticamente la mitad de Madrid. Se observa una gran cantidad de gente. Ya en calle Alcalá, aparece RTVE, conocido por su derechismo, que son recibidos con el cántico “Televisión, Manipulación”. Desde San Blas sabemos que los grandes medios manipulan y solo sirven a determinados intereses.
12:30: Luego de aproximadamente dos horas caminando, se hace un descanso para comer a temprana hora. Muchos vecinos y asociaciones esperan a la gente con comida y sonrisas, con solidaridad. Tuve la suerte de comer un arroz con verduras exquisito.
13:30 – 14:00: Vuelta al recorrido, y esta vez, sin descanso intermedio. Nos aproximamos a Atocha. La cantidad de gente es cada vez mayor. La presencia policial sigue siendo mínima. Durante el trayecto pasamos por la Plaza de Toros de las Ventas, por la Plaza de la Independencia y, finalmente, rodeamos el Retiro hasta llegar a la estación de Atocha.
17:00: Llegamos a Atocha, el punto de encuentro de las diferentes rutas de bloques. Nos encontramos con un espectacular ambiente, miles y miles de personas están concentradas en la plaza. Se observan banderas de todo tipo: republicanas, ikurriñas, esteladas rojas, de la antigua URSS y un largo etcétera. El internacionalismo de los pueblos de España estaba en Madrid. Era casi imposible avanzar. Fuimos al Paseo del Prado dirección Plaza Colón. Tardamos casi 2 horas en llegar. Se comienza a observar una mayor presencia policial.
19:00: Llegamos a plaza Colón. Se ven más furgones policiales y el ambiente comienza a estar más caldeado; los enfrentamientos con la policía están a punto de producirse.
20:00: Nos dirigimos al metro, ya que nuestro bus de vuelta salía a las 21:00 desde San Blas. Justo antes de entrar, se oyen disparos de la policía. Los disturbios estaban empezando. Entramos en la boca del metro para protegernos. Nos disponemos a entrar sin pagar el metro, intentamos un No paguem en Madrid. Después de varios minutos protestando delante de los guardias de seguridad y los secretas (se veían al vuelo), el intento del No paguem sale fallido y tenemos que pagar, pese a que una amable chica nos presta un billete con siete viajes. Gracias a la presión que hicimos, los colegas de la PAH pudieron pasar sin pagar.
21:30: Llegamos al bus con algo de retraso. El viaje, a diferencia de la ida, se muestra más tranquilo y con un ambiente más relajado; después de prácticamente doce horas caminando a paso muy lento, estamos muy cansados y con dolor de piernas. Alrededor de las 4:00 la Guardia Civil nos para cerca de Lleida, para realizar un control del alcoholemia a nuestro conductor. Inicialmente creíamos que iba a ser un registro o control policial
7:00: Llegamos de madrugada a Barcelona.
Los kilómetros recorridos por Madrid me enseñaron a una ciudad muy parecida a Barcelona, pese a que fuese seis veces mayor (aunque menos densamente poblada). El centro, formado por anchas calles, me recordó a Barcelona también: el paseo de la Castellana, por ejemplo, se parece mucho a Paseo de Gracia. Me sorprendió también la poca presencia policial que vi durante las Marchas. Aunque el ayuntamiento de Madrid había dicho que habría unos 1.600 antidisturbios, lo cierto es que prácticamente solo vi al final. En Barcelona la presencia policial es mucho más alta.
Viajar a Madrid por un solo día con motivo de las Marchas de la Dignidad ha sido una experiencia muy positiva. Compartir recorrido con gente harta de este sistema en unas bonitas y alegres marchas, disfrutar de un ambiente reivindicativo, con miles y miles de personas, ha de servir, en un futuro, como una herramienta más de lucha y demostración de fuerza para futuros cambios radicales.